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Mostrando las entradas de febrero, 2024

Alexander xocolatl, capitulo 1.

 Alexander Xocolatl se encontraba sentado en su modesta casa, iluminada por la tenue luz del atardecer que se filtraba por las cortinas desgastadas. Sus manos morenas y delgadas sostenían con cuidado el álbum de fotos familiar, cuyas páginas amarillentas mostraban la historia de su linaje. Sus ojos oscuros recorrían cada imagen con una mezcla de nostalgia y determinación. En las fotografías más recientes, capturadas en el antiguo restaurante familiar, se veía a su difunto padre, un hombre de semblante serio pero cálido, inaugurando el negocio con orgullo.  Ahora, el restaurante yacía en silencio y en decadencia. Las grandes cadenas de comida habían eclipsado su encanto y tradición, dejando a Alexander con una herencia amarga y endeudada. La sensación de fracaso se mezclaba con la nostalgia que impregnaba el ambiente, recordándole los días felices que una vez vivió entre esas paredes. El álbum se deslizó de las manos de Alexander con un susurro apenas perceptible, cayendo con un suave g

Smart-fool, capitulo 1.

 Jeffrey caminaba con paso ligero por la orilla de un sendero, llevando consigo una mochila de acampar que se balanceaba con cada paso que daba. El sol de la tarde se filtraba a través de las hojas de los árboles, creando un juego de luces y sombras en el sendero bordeado de vegetación. Su aspecto era el de un hombre sencillo, con una estatura promedio y una constitución delgada. Vestía unos vaqueros desgastados y una camiseta de algodón gris, con unas zapatillas cómodas para caminar. Su cabello castaño, corto y ligeramente revuelto por el viento, enmarcaba un rostro de facciones suaves y ojos color avellana que reflejaban una mezcla de curiosidad y tranquilidad. A medida que avanzaba, el sonido del agua corriendo por el río bajo el sendero llenaba el aire, acompañado por el canto de los pájaros y el suave murmullo de las hojas movidas por la brisa. Jeffrey se detenía de vez en cuando para observar el paisaje, inspirando profundamente el aire fresco y llenando sus pulmones con el aroma

Juan, el rey del patio, capitulo 1.

 En el interior de un laboratorio, la tenue luz fluorescente iluminaba una pequeña mesa de acero inoxidable. Sobre ella, yacía un pato inusualmente tranquilo, con su cerebro expuesto meticulosamente. A su lado, un hombre con una bata blanca ajustada y guantes de látex manipulaba una jeringa, inyectando con precisión un líquido translúcido directamente en el cerebro del animal. El pato permanecía inmóvil, sus plumas eran suavemente acariciadas por la brisa artificial generada por la ventilación del laboratorio. El hombre inclinaba su cabeza concentrado, sus ojos detrás de las gafas de protección brillaban con intensidad mientras observaba cada movimiento de la jeringa.  Horas después:  el pato yacía, con coseduras en la cabeza, en un estado de letargo en el interior de un jardín de ensueño, rodeado por paredes de vidrio que se alzaban hasta chocar con un techo de metal. El jardín se extendía a lo largo de una enorme longitud, con una exuberante vegetación que crecía en cada rincón. El a

El superviviente, capitulo 1.

 En el lujoso interior de un avión privado, Random Banderilla se hallaba sentado en un cómodo sillón de cuero del vehículo rentado por él, con su imponente estatura de un metro con ochenta y cinco centímetros y su robusta figura de 130 kilogramos, vestido con un traje a medida que resaltaba su elegancia típica de un magnate como él, se había vuelto millonario gracias a sus extraordinarias ventas en libros que había aprovechado para fundar una mega editorial. Sus profundos ojos cafés reflejaban determinación. El piloto, un hombre curtido por años de experiencia, tenía el rostro marcado por el sol y los vientos de innumerables travesías aéreas. Sus manos hábiles se movían con precisión sobre el panel de instrumentos, mientras mantenía una expresión serena bajo su gorra de aviador. A su lado, Chapatía, la corgi galesa de Random, descansaba plácidamente en un cojín de terciopelo sobre las piernas de Random, su pelaje dorado brillaba bajo la tenue luz de la cabina. A pesar de su pequeño tam

Rothman, capitulo 1.

 En la oscuridad de la noche, el resplandor de las luces de neón de la estación de gasolina se reflejaba en la figura de un joven de veinte años llamado Rothman mientras llegaba en su motocicleta de la marca "Harley Davidson", el rugido del motor cortaba el silencio de la noche mientras Rothman se acercaba al surtidor más cercano en su transporte, Era un hombre de apariencia modesta, con ropas simples que apenas destacaban en la penumbra, su cabello esponjado se mecía ligeramente con la brisa nocturna. Su piel pálida contrastaba con la oscuridad de la noche, y sus ojos cafés brillaban con una mezcla de determinación y fatiga. Sentía una persistente incomodidad, el anillo en su mano que era imposible de quitar era la causa de aquello. Una camióneta negra llega y se posa rápidamente en forma diagonal al surtidor, adelantándose a Nuestro protagonista De aquel vehiculo salem asaltantes que están vestidos completamente de negro, desde los pasamontañas que cubren sus rostros hasta

Ciudad celular, capitulo 1.

 El sol ardiente del mediodía colorea el cielo con tonos de naranja y rojo mientras un barco de guerra se desliza silenciosamente hacia la costa de una remota isla. Al llegar, Los soldados, vestidos con uniformes tácticos impecables, descienden con gracia del barco, cada uno emitiendo un aura de determinación y preparación. El aroma salado del mar se mezcla con el sudor que empapa sus uniformes, mientras sus botas pesadas golpean el suelo arenoso con cada paso firme. A medida que avanzan hacia el interior de la isla, la vegetación exuberante y la densa selva los rodean crean un contraste asombroso con la tecnología avanzada que llevan consigo.  Los soldados avanzan con precaución hacia la pequeña ciudad que se alza en el corazón de la isla, sus armas listas y sus sentidos agudizados por la anticipación.  Los soldados avanzan con cautela por la desierta y evidentemente subdesarrollada ciudad. Los soldados intercambian miradas desconcertadas, sus mentes luchando por comprender la situaci

El niño mago, capitulo 1.

 Una cabaña en el bosque estaba con su techo de paja inclinado y las paredes de madera gastada por el tiempo. Afuera, los árboles susurraban secretos mientras una suave brisa mecía sus ramas. Dentro, en medio de la tenue luz que se filtraba por las rendijas de las ventanas, se encontraban dos figuras que parecían fundirse con la magia que llenaba el lugar. Severius Segundo, un joven de doce años con cabello oscuro y desordenado que enmarcaba su rostro, tenía unos ojos que brillaban con la curiosidad y la determinación de aquel que ha visto más de lo que su edad sugiere. Vestía túnicas gastadas, adornadas con insignias de aprendizaje mágico. A su lado, con una postura orgullosa y un brillo inteligente en sus ojos ambarinos, se encontraba su compañero más leal y obediente: un katsuki. Esta criatura simiesca, de un metro con cincuenta centímetros de altura, tenía un pelaje café oscuro que brillaba con reflejos dorados a la luz del sol. Sus manos eran ágiles y su cola larga se balanceaba c

Los siete, capitulo 1.

 En un callejón de un barrio se hallaban los siete gatos domésticos que protagonizan está historia, se alzaban frente a ellos tres enormes figuras felinas. Domino, una gata bicolor de elegante porte, se erguía con gracia, sus ojos ámbar destellando con inteligencia mientras observaba a sus compañeros con calma. A su lado, Loki, un gato gris de constitución delgada, parecía sereno pero alerta, su pelaje plateado brillaba débilmente. Bolas, un fornido gato blanco con manchas negras, emanaba una aura de fuerza y determinación, sus músculos tensos y su mirada fija en sus oponentes. Becker, una larga gata negra de mirada penetrante, se mantenía cerca de Domino, su postura demostraba una confianza tranquila pero firme. Salem era un escuálido gato negro de mirada atenta, su presencia era sutil. Y finalmente, Tigresa, una musculada gata naranja cuyo pelaje rayado recordaba a un feroz depredador, emanaba una presencia imponente, sus ojos verdes chispeaban con una determinación indomable. Todos

Operación medusa, capitulo 2.

 La luz tenue de las lámparas colgantes iluminaba la estancia principal de Los Pinos, donde el presidente Andrés Samuel Sopes Labrador, Fernando Laurel, el líder de su campaña de publicidad y Martin Rodríguez, asistente de laurel, se encontraban reunidos en torno a una mesa de caoba pulida. Andrés Samuel, un hombre anciano de rostro arrugado y mirada penetrante, emanaba una presencia imponente a pesar de su avanzada edad. Sus cabellos plateados estaban cuidadosamente peinados hacia atrás, revelando las líneas de experiencia y sabiduría que surcaban su frente. Martín Rodríguez, en contraste, era un hombre de estatura baja y aspecto enjuto, con una timidez palpable que se reflejaba en sus ojos inquietos. Su ropa impecable, aunque sencilla, denotaba un cuidado meticuloso, como si cada pliegue estuviera calculado para no llamar la atención. Tenía cabello oscuro, peinado hacia un lado con precisión. Fernando Laurel, por otro lado, era un hombre de apariencia maliciosa, con una sonrisa que p

Operación medusa, capitulo 1.

 La llanura sonorense se extendía bajo el ardiente sol, su vastedad interrumpida solo por la imponente figura de un hombre llamado Juan Sánchez y el oso negro al que se enfrentaba. Juan, un hombre de piel morena curtida por el sol del desierto, vestía el tradicional ropaje raramuri, adornado con motivos coloridos que contrastaban con la aridez del entorno. Sus sandalias desgastadas por la dura travesía dejaban huellas en la tierra árida mientras sus pies se movían con destreza. Su cabellera larga, negra como la noche, ondeaba con el viento del desierto, y su mirada fiera reflejaba la determinación forjada por años de lucha. Con dos metros de altura, Juan destacaba entre los paisajes del desierto como un coloso. Su musculatura excesivamente marcada hablaba de la fuerza sobrehumana que poseía, una fuerza que él había cultivado con años de trabajo y esfuerzo. Sus hombros increíblemente anchos sostenían el peso de su historia, una historia marcada por la adversidad y la necesidad. En su ma

La reina del norte, capitulo 2.

 Marisol se encontraba frente a un enorme edificio de concreto, cuyas paredes grises se alzaban imponentes hacia el cielo, reflejando los destellos del sol del mediodía. Las ventanas, tintadas y relucientes, parecían ojos vigilantes que observaban cada movimiento con indiferencia. El logo de la empresa, una combinación de letras elegantes entrelazadas con un emblema estilizado, estaba grabado en la fachada principal, ahora descolorido por el paso del tiempo y la negligencia. Un aire de grandeza pasada emanaba del edificio, recordando la época en que aquel lugar fue una de las muchas instalaciones que pertenecían a sus padres. Analepsis:  La Marisol de quince años se encontraba desayunando con un anciano en una mesa de madera robusta, ubicada en el acogedor interior de una casa de campo. El anciano, cuyas arrugas profundas contaban historias de años vividos, tenía el cabello blanco y escaso, peinado hacia atrás con cuidado. Sus ojos, totalmente blancos, denotaban su invidencia. La casa,

La reina del norte, capitulo 1.

 La ciudad de Catemaco se despliega ante una mujer a través del parabrisas de su automóvil viejo, una reliquia metálica que ha resistido los embates del tiempo. Sus manos, cuyos nudillos muestran cicatrices de antiguos percances, se aferran al volante con firmeza mientras avanza por la carretera serpenteante que atraviesa el paisaje verde y exuberante de Veracruz. La joven mexicana, llamada Marisol de la vega, de apenas dieciocho años, tiene el cabello oscuro como el azabache, que ondea libremente al viento que se cuela por las ventanas semiabiertas. Su rostro está marcado por la determinación y una pizca de desafío, reflejando la carga de responsabilidad que lleva sobre sus hombros.  Viste con sencillez, pero cada prenda cuenta una historia. Un suéter desgastado por el uso y unos jeans descoloridos muestran las huellas del tiempo y las batallas cotidianas.  El sol del mediodía baña la carretera en una luz dorada y cálida, filtrándose a través de las hojas de los árboles que bordean el

Trimind, capitulo 2.

 Analepsis:  Joseph se encontraba en las ruinas de un antiguo subterráneo, perdido en las profundidades del oscuro laberinto que había descubierto durante una de sus muchas exploraciones por el alcantarillado.  Frente a él se alzaba un vagón de tren descompuesto, una reliquia oxidada que yacía como un testigo silencioso de tiempos pasados.  El olor penetrante a metal oxidado impregnaba el aire a su alrededor, mezclado con el aroma de la tierra húmeda y la vegetación que había comenzado a reclamar el terreno abandonado. El eco lejano del viento susurraba entre los huecos del vagón, llevando consigo el sonido de la oxidación. En medio de este paisaje desolado, Joseph se encontraba solo con sus pensamientos y emociones, contemplando el vagón descompuesto como un recordatorio tangible de la fugacidad de la existencia humana y la inevitabilidad del paso del tiempo.  Frente a Joseph, emergieron las dos personalidades que compartían su mente, cada una representando una faceta distinta de su c

Trimind, capitulo 1.

 En un oscuro sótano, Joseph se encontraba acurrucado en un rincón, sus ojos brillaban con miedo. Su piel pálida reflejaba la escasa luz que se filtraba desde pequeñas grietas en lo alto, delineando las sombras de las protuberancias rojas que sobresalían de sus orejas, recordándole constantemente su singularidad. El frío del sótano se colaba entre los huecos de su ropa raída, haciendo que temblara con cada ráfaga de viento que se colaba desde el exterior.  Joseph recordaba los días en los que su vida era relativamente normal, antes de que los extraños cerebros comenzaran a crecer dentro de él. Su madre, aunque sola tras la muerte de su padre, lo había cuidado con amor y ternura. Pero todo cambió hace unos meses, cuando el líder religioso de su madre proclamó que las protuberancias rojas y el aumento eran el resultado de una posesión demoníaca. Desde entonces, se vio encerrado en aquel sótano lúgubre, lejos de la luz del día y el contacto humano, solo con sus pensamientos y el constante

Zolompiroman, capitulo 3.

 En un laboratorio biológico, la vista era cautivada por el brillo suave de las luces fluorescentes que iluminaban la sala, destacando los equipos de laboratorio relucientes y las mesas cubiertas de instrumentos científicos. Tubos de ensayo y frascos de cristal llenos de líquidos multicolores se alineaban en estantes metálicos. En la pantalla de una computadora, las imágenes sobredimensionadas de las células de zombie, vampiro y hombre lobo dominaban el campo visual de manera impresionante, cautivando los sentidos de manera inmediata. La vista era inundada por la visión de estas células ampliadas hasta límites asombrosos, cada una con sus características únicas claramente definidas. Las células de zombie mostraban una apariencia grotesca y desfigurada, con membranas celulares deformadas y núcleos oscuros y retorcidos. Las células de vampiro brillaban con un resplandor siniestro, sus bordes afilados y contornos elegantes evocando una sensación de peligro latente. Y las células de hombre