Ciudad celular, capitulo 1.

 El sol ardiente del mediodía colorea el cielo con tonos de naranja y rojo mientras un barco de guerra se desliza silenciosamente hacia la costa de una remota isla. Al llegar, Los soldados, vestidos con uniformes tácticos impecables, descienden con gracia del barco, cada uno emitiendo un aura de determinación y preparación. El aroma salado del mar se mezcla con el sudor que empapa sus uniformes, mientras sus botas pesadas golpean el suelo arenoso con cada paso firme.


A medida que avanzan hacia el interior de la isla, la vegetación exuberante y la densa selva los rodean crean un contraste asombroso con la tecnología avanzada que llevan consigo. 

Los soldados avanzan con precaución hacia la pequeña ciudad que se alza en el corazón de la isla, sus armas listas y sus sentidos agudizados por la anticipación.  Los soldados avanzan con cautela por la desierta y evidentemente subdesarrollada ciudad.

Los soldados intercambian miradas desconcertadas, sus mentes luchando por comprender la situación ante ellos. ¿Dónde están los habitantes de esta ciudad? ¿Por qué ha sido abandonada? Las respuestas se escabullen entre sus dedos como humo, dejándolos con una sensación de desconcierto y un profundo sentido de inquietud mientras continúan su búsqueda en la ciudad desierta.

El suelo comienza a temblar bajo los pies de los soldados, enviando vibraciones que se propagan a través de sus cuerpos con una intensidad ominosa. El ruido sordo y profundo del temblor se mezcla con el crujido metálico que emana del corazón de la isla, envolviéndolos en una cacofonía de sonidos que resuena en sus oídos.


El aire se carga con un aroma a tierra húmeda, mezclado con un ligero olor a ozono. Una corriente de electricidad parece bailar en el aire, haciendo que los vellos se ericen en los brazos y la piel se erice con una sensación de anticipación nerviosa.

El temblor se intensifica a medida que un domo metálico emerge lentamente del suelo, sus contornos angulares brillando con reflejos plateados bajo la luz del sol. 

Los soldados observan con asombro mientras el domo se eleva majestuosamente desde las profundidades de la tierra, su presencia imponente dominando el paisaje circundante con una aura depoder. 

Los soldados se preparan para el combate, sus corazones latiendo con una mezcla de adrenalina y determinación. El aire se carga con la energía  que emana de sus armas.


El sonido ensordecedor de los disparos de plasma rompe el silencio, resonando en el aire con un estruendo ensordecedor que retumba en los tímpanos de los soldados. Cada disparo emite un estallido brillante y ardiente, acompañado por un zumbido agudo que corta el aire con ferocidad.


El intenso calor del plasma irradia en ondas palpables, haciendo que el aire se caliente y distorsione a su paso. El olor acre de la quemadura se cuela en las fosas nasales de los soldados, mezclándose con el aroma metálico de la tecnología avanzada que los rodea.


Los soldados sienten la vibración de sus armas en sus manos, cada disparo enviando un torrente de energía que sacude sus cuerpos con fuerza. El destello incandescente de los rayos de plasma ilumina el campo de batalla, bañando todo a su paso en una luz deslumbrante y amenazadora.


El domo, elevándose majestuosamente sobre la ciudad desierta, emana una energía palpable que envuelve a los soldados en su aura titilante. El aire se carga con un zumbido constante y eléctrico, como si estuvieran parados en el epicentro de una tormenta eléctrica, mientras el campo de energía se expande a su alrededor.


Los soldados sienten la energía en el aire, una sensación de hormigueo que se extiende por su piel y hace que sus cabellos se ericen en respuesta al campo de energía generado por el domo. Cada respiración está impregnada con el aroma a ozono, un olor agudo que corta el aire y deja un sabor metálico en sus lenguas.

El suelo tiembla bajo sus pies mientras el domo continúa elevándose, su sistema de flotación sin igual trabajando en perfecta armonía para mantenerlo en el aire. El ruido sordo y constante de los motores resonando en el aire.


Los soldados están completamente inmersos en la experiencia sensorial, cada uno de sus sentidos saturado con la magnitud del evento que se desarrolla ante ellos. Es una escena que despierta una mezcla de asombro y temor mientras contemplan el avance imparable del domo, una fuerza imparable de la tecnología en su máxima expresión.

El domo se eleva majestuosamente hacia el cielo, desafiando la gravedad con una gracia inaudita que deja a los soldados asombrados. El aire fresco de la altura envuelve sus rostros, llevando consigo el aroma a tierra húmeda y vegetación exótica que se desvanece lentamente a medida que ascienden.


Los soldados sienten la ligera presión en sus oídos a medida que el domo se eleva a través de las capas de la atmósfera, creando una sensación de vacío en el pitido de sus oídos. El viento fresco barre sus uniformes, agitando los pliegues de tela con una fuerza suave pero constante.


El cielo se despliega ante ellos en una explosión de color, el azul profundo de la atmósfera mezclándose con los tonos rosados y dorados del atardecer que tiñen el horizonte. El sol se refleja en la superficie metálica del domo, creando destellos brillantes que danzan a su alrededor como estrellas fugaces. Es una escena que evoca una sensación de asombro y maravilla ante la vastedad y la belleza del cosmos que se despliega ante ellos mientras el domo alcanza su destino final en lo más alto de la atmósfera.

En el interior del domo tecnológicamente super-avanzado, un niño de no más de diez años se encuentra parado junto a un científico adulto, sus ojos brillando con admiración mientras observan la gigantesca esfera de diamante que se encuentra en el centro de la sala. El niño, con su rostro iluminado por una sonrisa de asombro, parece absorber cada detalle con una curiosidad insaciable, mientras el científico, con una expresión de reverencia en su rostro, contempla la esfera con un aire de profunda comprensión.


El niño, con su cabello alborotado y sus ojos centelleantes de emoción, parece radiar una energía juvenil y una sed insaciable de conocimiento. Su mente inquisitiva y su capacidad para maravillarse ante el mundo que lo rodea lo distinguen como un ser de intelecto extraordinario, incluso a una edad tan temprana él había diseñado los planos de la maquinaria dónde ahora se encontraban el y todos los habitantes de la isla.


El científico, por otro lado, irradia una calma serena y una sabiduría acumulada a lo largo de los años de estudio y experiencia. Su mirada penetrante revela una mente analítica y aguda, capaz de desentrañar los misterios más complejos del universo. Es evidente que su papel en la construcción de la ciudad ambulante ha sido fundamental, guiando la ingeniería práctica.

En el centro de la sala, la esfera de diamante brilla con una intensidad deslumbrante, su superficie cristalina capturando la luz y reflejándola en todas direcciones. Dentro de ella, un objeto aparentemente insignificante pero de importancia incalculable yace en reposo, un recordatorio de que incluso los mayores logros de la humanidad a menudo se basan en descubrimientos aparentemente humildes, aquel objeto era incluso más pequeño que una cabeza de alfiler, pero era la fuente de energía más poderosa conocida por el hombre.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Ramsung galactic, capitulo 1.

La hermandad de la piedra, capitulo 4.

La hermandad de la piedra, el final.