El hijo prodigo y el angel de la muerte, capitulo 6.

 William y Ángel finalmente habían partido.  Ángel, equipado con una máscara con lentes parecida a las de los antiguos pilotos terrestres, estaba montado sobre la espalda de William, agarrándose con emoción mientras el viento batía su cabello oscuro.

El Valle Largo se extendía bajo ellos, un tapiz de colinas verdes y bosques frondosos que se desvanecían en la distancia. Ángel dejó escapar un grito de alegría que se mezcló con el rugido del viento y el batir de las alas de William. La sensación de libertad era embriagadora, el aire fresco y limpio llenaba sus pulmones mientras ascendían hacia el cielo anaranjado del atardecer.

William ajustó su vuelo, sintiendo el peso reconfortante de Ángel en su espalda. Las escamas en sus alas brillaban con reflejos dorados a medida que se movían con gracia y poder. Ángel, desde su posición, observaba maravillado el paisaje que se desplegaba bajo ellos. Las sombras alargadas de los árboles danzaban sobre el suelo mientras avanzaban, y el canto lejano de aves llenaba el aire.

El viento susurraba en sus oídos. Ángel podía sentir la vibración de los músculos de William bajo él, la tensión y la fuerza contenida que sostenía su vuelo. 

Nuestros protagonistas observaban con curiosidad el valle extendido ante ellos, con su suelo marrón y seco que se extendía hasta donde alcanzaba la vista. William, en su forma transformada con escamas brillantes y alas poderosas, señaló hacia abajo con determinación.

"Vamos a bajar aquí," anunció, ajustando su vuelo para descender suavemente hacia el suelo duro y árido. Ángel, con su máscara de piloto y su espada lista, asintió mientras aterrizaban con gracia.

William caminó unos pasos, sus pies tocando el suelo que encontró extrañamente duro y diferente. "Nunca había visto un suelo de este color," murmuró, examinando el terreno con curiosidad. "Parece roca, pero suena diferente."

Ángel se acercó a su lado, también intrigado por la textura peculiar del suelo bajo sus pies. Sacudió la cabeza con perplejidad. "Es como si fuera roca, pero algo más..."

Ambos se sentaron, compartiendo provisiones mientras observaban el entorno inusual. William, después de un momento, comenzó a regresar a su forma humana, las escamas desapareciendo y sus características humanas emergiendo una vez más.

Sin embargo, antes de que pudieran relajarse por completo, una gigantesca serpiente brotó repentinamente del suelo, lanzándose hacia ellos con ferocidad. Ángel reaccionó con velocidad, desenvainando su espada y cortando la serpiente en dos con un movimiento rápido y preciso.

Pero no fue solo una serpiente. Una tras otra, las enormes criaturas emergieron del suelo, lanzándose contra los dos jóvenes con un furor casi implacable. William, sintiendo la urgencia y el peligro, se transformó nuevamente en su forma alterada, sus escamas resplandecientes bajo el sol que se ocultaba lentamente en el horizonte.

Ángel y William lucharon juntos, enfrentándose a las serpientes gigantes con habilidades coordinadas y letales. El choque de las espadas contra el exoesqueleto de las criaturas resonaba en el valle, mezclándose con los gritos de las serpientes y los esfuerzos concentrados de nuestros héroes.

El suelo comenzó a temblar violentamente bajo sus pies, un rugido profundo resonó en el aire. Ángel, en un momento de pausa entre las embestidas de las serpientes, levantó la vista con preocupación hacia William, a quien rápidamente montó para comenzar a volar, poco a poco se alejaron de la creatura.

"¿Qué es esta creatura?" preguntó, su voz apenas audible sobre el estruendo creciente.

William miró hacia abajo con incredulidad, observando cómo el valle parecía cobrar vida. "¡Es un dinosaurio!".

Ángel se sorprendió, su mirada alternando entre el gigantesco ser bajo ellos y William. "¿Qué significa eso?" preguntó, sus ojos buscando respuestas en el rostro de su compañero.

William, mientras volvían a enfrentarse a las serpientes, explicó rápidamente: "Debe ser una especie gigantesca del pasado, algo que debería estar extinto hace eones."

Miraron hacia abajo mientras volaban, observando cómo el gigantesco insecto-dinosaurio se alejaba bajo ellos, perdido en el paisaje infinito del valle. La noche comenzaba a caer sobre el mundo antiguo que habían descubierto, lleno de misterios y peligros que aún estaban por explorar.