El gran ingeniero, capitulo 24.

 El sol del altiplano andino iluminaba el lago Titicaca con una intensidad deslumbrante, creando destellos plateados que danzaban sobre la superficie del agua. Victor se encontraba en una balsa rudimentaria, rodeado por la inmensidad azul del lago, con los lentes de buceo ajustados firmemente a su rostro. La brisa fresca acariciaba su piel, trayendo consigo el aroma fresco y limpio de las montañas que rodeaban el lago, mientras las suaves olas mecían suavemente la balsa, creando un murmullo reconfortante que llenaba el aire.


Con un salto audaz, Victor se lanzó al agua, sintiendo la frescura envolvente del líquido abrazar su cuerpo. Se sumergió lentamente, dejando que la presión del agua lo envolviera gradualmente, hasta que se encontró flotando en la oscuridad silenciosa de las profundidades. El sonido del agua resonaba en sus oídos, amortiguando el mundo exterior y sumergiéndolo en un estado de tranquilidad serena.


A medida que descendía más y más profundo, el mundo a su alrededor se volvía cada vez más oscuro, pero los lentes de buceo le permitían ver con claridad incluso en las profundidades más abismales del lago. De repente, una forma extraña comenzó a tomar forma frente a él, emergiendo lentamente de las sombras como un fantasma del pasado.


Era una esfera gigantesca, de al menos diez metros de diámetro, hecha de un material desconocido para Victor, similar al metal pero con un brillo extraño y un color que parecía cambiar según la luz que lo golpeaba. La esfera estaba cubierta de extraños símbolos y grabados, cuyo significado se le escapaba a Victor.

días después:

El cielo sobre la región andina se oscureció gradualmente, anunciando la llegada inminente de la tormenta eléctrica. Las nubes grises se arremolinaban en espirales amenazantes, iluminadas intermitentemente por destellos de relámpagos que cortaban el horizonte con su fulgor eléctrico. El viento soplaba con fuerza, agitando las copas de los árboles y levantando remolinos de polvo en la tierra reseca.


Victor observaba desde la orilla del lago, rodeado por los pararrayos que había colocado estratégicamente alrededor del agua. Las puntas metálicas se alzaban hacia el cielo, como dedos extendidos en un intento desesperado de alcanzar los rayos que danzaban en el firmamento. El olor a tierra húmeda y ozono llenaba el aire, mezclándose con la tensión palpable que precedía a la tormenta.


De repente, un relámpago golpeó uno de los pararrayos con un estruendo ensordecedor, iluminando el paisaje con una luz cegadora y un estallido de energía eléctrica. Victor contuvo el aliento mientras observaba con asombro cómo la esfera en el fondo del lago comenzaba a brillar intensamente, como si estuviera respondiendo al llamado de la tormenta.


Entonces, la esfera se activó repentinamente, emitiendo un resplandor brillante que iluminaba el agua turbia con una luz sobrenatural. Las aguas del lago se agitaron violentamente, creando ondas concéntricas que se extendían desde el epicentro donde se encontraba la esfera. Victor sintió una extraña sensación de anticipación y temor mientras observaba el espectáculo sobrenatural que se desarrollaba ante sus ojos.


De repente, la esfera emergió del agua con un movimiento fluido y elegante, como si estuviera siendo elevada por una fuerza invisible desde las profundidades del lago. Flotaba en el aire, suspendida en el vacío con una gracia etérea, mientras los destellos de relámpagos iluminaban su superficie metálica con destellos plateados.


Victor se encontraba hipnotizado por la visión surrealista que tenía ante sí, sintiendo una especie de conexión telepática con la esfera mientras permanecía inmóvil en la orilla del lago. Una voz susurró en su mente, suave y melodiosa, como el susurro de las hojas en el viento.


"Sujeto", dijo la voz, resonando en los rincones más profundos de su conciencia. "Ha sido identificado como el nuevo usuario, será el nuevo portador".

Meses después:

El cielo sobre la aldea Nuca estaba teñido de tonos dorados mientras el sol poniente bañaba el paisaje con su cálido resplandor. Las casas de madera se recortaban contra el horizonte, rodeadas por un mar de árboles verdes que se mecían suavemente con la brisa vespertina. El aire estaba impregnado del aroma fresco de la vegetación y el sonido suave del arroyo cercano fluía como una melodía tranquila en el ambiente.


De repente, un zumbido resonó en el aire, rompiendo la serenidad de la tarde. Los habitantes de la aldea Nuca miraron hacia el cielo con sorpresa mientras una nave desconocida surcaba el firmamento con gracia y elegancia. La nave sobrevoló la aldea, arrojando sombras alargadas sobre los techos de las casas, antes de aterrizar con suavidad en un claro cercano.


Los pueblerinos se congregaron alrededor del lugar de aterrizaje, con miradas de asombro y curiosidad en sus rostros. La nave brillaba con un resplandor metálico bajo la luz del sol poniente, sus formas aerodinámicas y su diseño futurista parecían sacadas de un sueño. Una compuerta se abrió lentamente en el costado de la nave, revelando una escalera que descendía hacia el suelo.


Entonces, de la nave emergió Victor, su figura insignificante destacándose contra el fondo imponente de la nave. Los habitantes de la aldea Nuca se arrodillaron en señal de respeto, excepto Yet, quien se adelantó para recibir a su amigo con una mezcla de sorpresa y alegría en su rostro.


"¿Qué es esto, Victor?", preguntó Yet, señalando hacia la nave con asombro en sus ojos.


Victor descendió lentamente por la escalera, su expresión seria pero serena mientras se acercaba a su amigo. "Esto, Yet, es el origen de los misterios de los aparatos que hemos encontrado en la región", respondió.

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