Operación medusa, capitulo 16.

 Martin y Juan se hallaban en el mismo hotel en el que se habían presentado el año pasado, justo frente al mismo recepcionista de aquella ocasión. Martin lo miraba con enojo, recordando claramente el trato despectivo que habían recibido durante su última estadía. El recepcionista, un hombre de mediana edad con una expresión impasible, los observó con curiosidad mientras tecleaba en su computadora.

El ambiente en el vestíbulo del hotel era sofocante, lleno del murmullo constante de voces y el zumbido de la iluminación tenue. El aire estaba impregnado con un aroma a limpiadores industriales y perfume de ambiente, una mezcla artificial que apenas lograba ocultar el olor subyacente a humedad y polvo.

El recepcionista levantó la mirada de la pantalla y dirigió una sonrisa falsa hacia Martin y Juan. "Bienvenidos, háganme el favor de decirme sus nombres"

"Juan Sánchez y Martin Rodríguez"-responde Martin.

El subcampeón Juan Sánchez?"-pregunta el recepcionista.

Si, no nos recuerda?"-pregunta Martin.

No"-responde el recepcionista.

Se burló de nosotros el año pasado"-dijo Martin mientras el recepcionista comenzaba a recordar.

Por favor no le diga nada al supervisor!, necesito el trabajo para alimentar a mi familia!-dice el recepcionista.

No haré nada porque a diferencia de usted yo no disfruto con la desgracia ajena.-respondió Martin.

Recepcionista: Gracias, señor.

Horas después:

Juan y Martin se encontraban de pie en el mismo estadio donde habían competido el año pasado, frente al mismo hombre racista que los había registrado entonces. Martin lo miraba con enojo, recordando vívidamente el desprecio con el que habían sido tratados la última vez. El hombre, de mirada dura y ceño fruncido, los observó con una expresión de susto mientras revisaba sus documentos.

El hombre levantó la mirada de los documentos y clavó sus ojos en Martin y Juan con una expresión ofuscada. "¿Nombre?" preguntó intentando hablar del año pasado.

Martin apretó los puños, sintiendo la ira brotar dentro de él. "No nos recuerda?", preguntó con voz firme. 

El hombre soltó una risa nerviosa mientras hojeaba los documentos. "No", dijo con temor. "Solo estoy aquí para hacer mi trabajo."

"Juan Sánchez Nepomuceno "aborigen" es el nombre con el que usted lo bautizó-dijo Martin mientras el hombre escribía la información.