El gran ingeniero, capitulo 7.

 Victor caminaba junto a Inti por el sendero que conducía hacia la aldea, su corazón rebosante de gratitud y alivio por el éxito de la cirugía. El sol brillaba sobre sus cabezas, enviando rayos cálidos que danzaban a través de las hojas de los árboles y pintaban el paisaje con tonos dorados y brillantes. El aire estaba impregnado con el aroma fresco y terroso de la selva, mezclado con el suave susurro del viento entre las hojas y el canto de los pájaros en lo alto de los árboles.


Inti caminaba a su lado, su rostro iluminado por una sonrisa radiante que reflejaba la alegría y el alivio que sentía por haber recuperado su movilidad. Sus ojos oscuros brillaban con emoción mientras miraba a su alrededor, absorbiendo la belleza del paisaje y la sensación de libertad que había recuperado.


A medida que se acercaban a la aldea, el jefe salió corriendo para recibir a su hija con los brazos abiertos, su rostro lleno de felicidad y alivio al verla caminar hacia él. Sus pasos resonaban en el suelo cubierto de hojas secas, creando una sinfonía natural que llenaba el aire con una sensación de celebración y regocijo.

Rápidamente, dos nucas se acercaron a Yet y desataron las cuerdas que lo mantenían prisionero. Sus manos ágiles y fuertes trabajaban con destreza para liberarlo, sus movimientos precisos y coordinados como los de cazadores experimentados. Los nucas tenían una apariencia única y distintiva que reflejaba su herencia y cultura. Sus cuerpos estaban adornados con pinturas de colores brillantes, que contrastaban con la piel semi oscura bronceada. Vestían túnicas tejidas a mano y llevaban collares de cuentas y plumas que tintineaban suavemente con cada movimiento. 


Mientras los nucas desataban a Yet, este se dirigió rápidamente hacia Victor, su rostro era iluminado por la alegría de la gratitud. Yet estaba profundamente feliz de salir vivo de su encuentro con los nucas, su corazón rebosante de gratitud por haber recuperado su libertad. Cada paso que daba hacia Victor estaba lleno de alivio y alegría, su mente llena de pensamientos de gratitud y admiración por su amigo y compañero de aventuras. 

Cuando finalmente llegó junto a Victor, Yet lo abrazó con fuerza, su corazón lleno de emoción y gratitud por su salvación. A Víctor no le cayó en gracia aquella acción, su rostro mostraba amargura a pesar de la alegría al ver a su amigo sano y salvo. Juntos, se miraron el uno al otro con complicidad y determinación, sabiendo que aún tenían muchos desafíos por delante, pero que estaban listos para enfrentarlos juntos.

Jefe: (con una mirada seria) Forastero, he meditado sobre tu presencia en nuestra tribu y he llegado a una decisión importante.


Victor: (atento) ¿Qué decisión has tomado?

Jefe: (serio)quiero que  Seas el chamán mayor de nuestra tribu. Encargado de guiar a nuestro pueblo en asuntos curativos.


Victor: (reflexionando) Debo considerarlo.

(Victor reflexiona en silencio durante un momento.)


Victor: (finalmente) Después de reflexionar sobre ello, acepto.


Jefe: (sonriendo) Es una decisión sabia, forastero. 

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