Ciborg, capitulo 2.

 Analepsis:

Un pequeño, de cabello oscuro y ojos vivaces, estaba vestido con una camiseta amarilla y pantalones cortos. Carecía de ambos antebrazos. El niño se encontraba en una silla de ruedas, tenía, además, paralizadas las piernas.

Óscar se encontraba en la vastedad de una oficina corporativa, rodeado por altos muros de cristal que dejaban ver la intensa actividad laboral. El aroma a café recién preparado flotaba en el aire, inundando la estancia con su fragancia acogedora.

Las superficies pulidas de los escritorios y las pantallas de las computadoras reflejaban la luz. El suave clic de los teclados proporcionaba un ritmo constante. A un lado de Óscar, su padre, Alberto García, ocupaba una silla de cuero gastado. El hombre, con cabello canoso y arrugas marcadas por el tiempo, emanaba una fragancia familiar de colonia clásica.

Las luces cálidas de la lámpara de pie arrojaban destellos. Frente a Óscar, el CEO de la empresa, Manuel Salgado, se encontraba en silencio en un elegante escritorio de roble oscuro. El hombre de mediana edad, con cabello cuidadosamente peinado y un impecable traje oscuro, irradiaba una presencia demasiado afable para alguien en su posicion. Desde el escritorio, la vista se abría hacia el paisaje urbano que se veía a través de la ventana. El sonido lejano de la ciudad, con sus bocinas y el murmullo constante, creaba un telón de fondo dinámico.

Salgado: Óscar, entiendo tu situación. Hemos estado trabajando en un proyecto revolucionario que podría ofrecerte la oportunidad de recuperar tu movilidad.


Óscar: ¿En serio? ¿Qué tipo de proyecto?


Salgado: Es un proyecto para crear un humano biomecánico. Transferiríamos tus órganos a un exo-traje avanzado, brindándote una movilidad que nunca pensaste posible.


Óscar: ¿Así seré normal?


Salgado: Más que normal, Óscar. Tendrás capacidades físicas que superarán a cualquier humano. Será una transformación impresionante.


Padre de Óscar: (preocupado) ¿Pero cuál es el riesgo, Salgado?


Salgado: Hay que ser honestos, hay un riesgo significativo. Existe un 50% de probabilidades de no sobrevivir al procedimiento.


Óscar: (sorprendido) ¿50%?


Salgado: Sí, Óscar. La tecnología es avanzada, pero no sin sus riesgos. La elección es tuya, pero queremos que tengas toda la información antes de decidir.

Unas horas después:

Padre de Óscar: (empujando la silla) Óscar, esto es demasiado peligroso. No puedo autorizar algo así.


Óscar: (serio) Papá, es mi única oportunidad. Debes firmar.


Padre de Óscar: Pero, hijo, las probabilidades de...


Óscar: (cortándolo) ¡Firma! No puedo seguir así.


Padre de Óscar: (dubitativo) Óscar, esto va más allá de lo que puedo...


Óscar: (rompiendo en llanto) ¡He vivido toda mi vida con esto! Bullying, críticas, impotencia... No puedo soportarlo más. Prefiero morir.


Padre de Óscar: (conmovido) Óscar, no hables así. Hay otras opciones.


Óscar: (desesperado) No las hay. Esta es mi única oportunidad de tener una vida real. Pero si no firmas, me encargaré de que no tenga que lidiar con esto nunca más, me suicidare. Ya lo intenté una vez y no tengo miedo de intentarlo de nuevo.


Padre de Óscar: (alarmado) ¡Óscar, no puedes decir eso!


Óscar: (decidido) Si no firmas, entonces no hay esperanza para mí.

Al día siguiente:

En la penumbra de su habitación, las sombras parecían cerrarse alrededor de Óscar, quien se encontraba sumido en un silencio abrumador. La tenue luz de la luna apenas delineaba el contorno de sus rasgos, revelando el tormento en sus ojos.

El ambiente estaba cargado de una pesadez palpable, como si el aire mismo se hubiera vuelto denso con la lucha interna de Óscar. Su habitación, una vez refugio, se tornaba ahora en un escenario de desesperación, con cada objeto familiar transformándose en testigo silencioso de su dolor.

Los objetos cotidianos, como libros y fotografías, perdían su significado en la oscuridad, fundiéndose en una amalgama de recuerdos y desesperanza. La cama, antes un refugio, ahora parecía un lugar de decisiones trágicas.


En este momento crítico, la habitación de Óscar se convertía en un eco de su desesperación, un espacio donde la oscuridad interior se reflejaba en el entorno, creando una atmósfera cargada de pesar y desesperación.

La puerta se abre de golpe, rompiendo el silencio con un estrépito metálico. El sonido agudo reverbera en el aire, creando una sensación de sorpresa y tensión que se expande por la habitación.


Con el repentino movimiento de la puerta, un viento fresco entra abruptamente, trayendo consigo el aroma de la lluvia reciente y del césped húmedo. La fragancia fresca y revitalizante llena la habitación, rompiendo la monotonía del ambiente cerrado. Detrás de la puerta, el padre de Óscar esperaba en silencio. El padre de Óscar se acercó.

Padre de Óscar: (mostrando un papel) Óscar, mira. Firmé la autorización para el experimento.


Óscar: (sorprendido) ¿De verdad, papá?


Padre de Óscar: Sí, hijo. Creo que es tu mejor oportunidad. Quiero que tengas la vida que mereces.

Padre de Óscar: (sonriendo) Estoy contigo en esto. Si hay una posibilidad de que puedas tener una vida mejor, la tomaremos juntos.


Óscar: (abrazándolo fuertemente) Gracias, gracias, gracias.


Padre de Óscar: (acariciando su cabello) No hay nada que agradecer, Óscar. Estamos juntos en esto. Ahora, prepárate para un nuevo capítulo en tu vida.

En el presente:

Ciborg: (comunicándose con Taho):Esa fue la primera parte de mi trama.


Taho: (con comprensión) Es claro que has sufrido mucho, pero aún queda tiempo para que me expliques cómo llegaste a la base militar.


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