El enterrador, capitulo 6.

 La cantina espacial zumbaba con actividad mientras Yosarian y Hack se sentaban en la barra, sumergidos en su propia conversación. Hack disfrutaba de un refrescante jugo de manzana, mientras Yosarian optaba por algo más fuerte: un vaso de alcohol que brillaba con un tono ámbar a la luz tenue del local.

El ambiente estaba lleno de murmullos y risas, interrumpido solo por el ocasional estruendo de una nave que despegaba en el puerto cercano. Pero de repente, la puerta de la cantina se abrió de golpe, y un hombre visiblemente ebrio tropezó hacia la barra, lanzando miradas erráticas a su alrededor.

"¡Hey! ¡Tú!" exclamó el hombre, señalando a Yosarian con un dedo tambaleante. "¡Te reconozco! Eres... eres el enterrador, ¿verdad?"

Yosarian asintió con calma, aunque una sombra de disgusto cruzó su rostro. "Así es, me llaman así, maldito vídeo ya tiene cincuenta millones de vistas"

"En realidad, fueron cincuenta y seis millones," corrigió hack, con una nota de satisfacción en su voz.

El borracho, ignorando la discrepancia, se tambaleó hacia ellos con una sonrisa torcida. "¡Es increíble! Quiero brindar con ustedes, ¿pero saben qué? No tengo ni un cesar en mi bolsillo."

Hack le guiñó un ojo al cantinero, quien entendió la señal y le sirvió al hombre una copa sin titubear. El borracho levantó su vaso con manos temblorosas, sus ojos vidriosos brillaban con emoción.

"¡Por los buenos tiempos y las grandes historias!" brindó el hombre, antes de tomar un largo trago de su bebida.

Después de varios tragos más, el hombre se tambaleó, apoyándose pesadamente en la barra mientras trataba de mantenerse en pie. Entonces, con un aire solemne, comenzó a hablar de repente.

"Les contaré algo, muchachos. Un día, estaba discutiendo con un tipo que decía que el enterrador no era nada en comparación con otros. Y que agarra y que me dice 'Es solo un inútil'. Y que agarro y que le digo 'Falso'. Y que agarra y que me dice...no, ya no me dijo nada"

Antes de que pudiera terminar su historia, el hombre se desplomó sobre la barra, inconsciente, con un ronco ronquido escapando de sus labios. La cantina se llenó de risas y murmullos mientras los otros clientes observaban la escena con entretenimiento.

Yosarian y Hack intercambiaron miradas divertidas antes de volver a sus bebidas, disfrutando del animado ambiente de la cantina espacial mientras la noche continuaba su curso.

En un rincón tranquilo de la cantina espacial, Yosarian y Hack continuaban su conversación mientras el bullicio del local seguía a su alrededor. Yosarian miraba pensativo su bebida, con una expresión de incomodidad en su rostro.

"No quería toda esta fama," admitió Yosarian en voz baja, dirigiendo una mirada preocupada a Hack.

Hack levantó una ceja, sorprendido por la confesión de su amigo. "Pero ¿no has notado que desde que el video se volvió viral, hemos tenido menos ataques?.

Yosarian reflexionó sobre las palabras de Hack, reconociendo la verdad en ellas. "Es cierto," concedió, aunque aún se sentía incómodo con toda la atención.

Hack sonrió con entusiasmo. "De hecho, estaba pensando en subir un documental"

Yosarian abrió la boca para responder, pero luego se detuvo. Se dio cuenta de que intentar detener a Hack sería inútil. "Haz lo que quieras," dijo finalmente, resignado a la dirección que tomarían las cosas.

Mientras tanto, en el palacio de la emperatriz, una atmósfera de tensión y anticipación llenaba la lujosa sala donde la emperatriz recibía a su consejero. Sus ojos fríos y calculadores estudiaban atentamente la figura inclinada frente a ella.

"Su Majestad," comenzó el consejero con una reverencia. "Los cazarecompensas temen a Yosarian. Desde que se hizo viral el video de sus acciones, la criminalidad ha incrementado drásticamente, se sienten estimulados por la figura de yosarian"

La emperatriz asintió con comprensión. "Podríamos aumentar la recompensa por la captura de Yosarian. Veinte kilogramos de zorgon y dos mil hectáreas de tierra podrían ser suficientes"

La emperatriz consideró la propuesta por un momento, sus pensamientos girando en su mente. "Háganlo," ordenó finalmente, su voz llena de autoridad.

El consejero asintió, reconociendo la importancia de la decisión de su soberana. "Será una recompensa estratosférica, Su Majestad. ¿Está seguro de que es lo que desea?"

La emperatriz no vaciló. "No importa el costo. Yosarian representa una amenaza para el orden establecido en el imperio, y debemos neutralizar esa amenaza a toda costa."

Con esa declaración, la emperatriz dejó claro que no toleraría ninguna amenaza a su poder, sin importar el precio que tuviera que pagar para eliminarla.

En el tumulto del pasado, Yosarian se encontraba en el interior de su nave, rodeado por el estruendo ensordecedor de la batalla que se libraba en el espacio. Las luces parpadeantes y el zumbido constante de los sistemas dañados llenaban el ambiente con una sensación de urgencia y peligro inminente.

Desde la cabina de mando, Yosarian observaba con determinación la nave enemiga que se acercaba rápidamente. Su pulso latía con fuerza mientras mantenía el control sobre los controles, buscando una salida en medio del caos. El rugido de los motores resonaba en sus oídos mientras esquivaba hábilmente los disparos enemigos, cada movimiento calculado en un intento desesperado por sobrevivir.

De repente, un disparo de alta potencia impactó contra la nave con un estruendo ensordecedor. Yosarian sintió el violento temblor que sacudió la nave, lanzándolo hacia adelante con fuerza. Con reflejos rápidos, se aferró a los controles mientras la nave comenzaba a desplomarse en espiral hacia el planeta debajo.

Después de un momento de desorientación, Yosarian logró abrirse paso hacia la cabina de escape. El humo y el vapor se arremolinaban a su alrededor mientras luchaba por mantener el equilibrio en medio del caos. Con un esfuerzo final, logró entrar en la cápsula de escape justo cuando la nave estallaba en llamas detrás de él.

La cápsula se lanzó hacia el cielo, alejándose del desastre que quedaba atrás. Yosarian miró por la ventana, viendo cómo la nave enemiga se acercaba. Sin embargo, el precio de su supervivencia había sido alto. Yosarian se miró a sí mismo, notando las heridas que cubrían su cuerpo. Una profunda cicatriz marcaba su frente, el resultado de un golpe brutal durante el impacto. Su pie estaba dislocado, su brazo roto, pero a pesar del dolor y la adversidad, se negaba a rendirse.

Con determinación implacable, Yosarian se preparó para enfrentar lo que sea que el destino le deparara. Aunque herido y maltrecho, su espíritu indomable seguía ardiendo con la voluntad de sobrevivir y triunfar, sin importar los obstáculos que se interpusieran en su camino.

También en el pasado:

En el oscuro rincón de la mansión vacía, Hack se encontraba rodeado por el eco de sus propios pensamientos. La penumbra de la habitación apenas era perforada por la luz débil que se filtraba a través de las ventanas polvorientas. El aire estaba impregnado con el olor a decadencia y desesperación, un recordatorio constante de su caída desde la opulencia a la ruina.

Frente a él, una pantalla holográfica emitía imágenes demasiado íntimas de la emperatriz, escenas que Hack había obtenido de los archivos del palacio imperial. Observaba con fascinación y horror, sintiéndose a la vez atraído y repelido por la privacidad violada de la figura más poderosa del imperio.

En el presente:

Abordo de la nave, Hack compartió con Yosarian su deseo de crear una granja de mini-gallinas y una mini-cabra genéticamente diseñados para ser hiper productivos. La luz tenue de la sala de control bañaba sus rostros en una suave tonalidad azulada mientras discutían los detalles de su plan.

Yosarian frunció el ceño, preocupado por la legalidad de la empresa. El aire dentro de la nave era fresco y ligero, pero la tensión entre ellos añadía una carga pesada al ambiente.

"¿No son esos animales ilegales?" preguntó Yosarian, su voz resonando en el espacio reducido de la cabina.

Hack, sorprendido por la objeción de su compañero, respondió con un tono de incredulidad. "Somos fugitivos de la ley, ¿recuerdas? No tenemos que preocuparnos por eso."